Editorial de la revista número 2

Óscar Ortega
Sembrando nuestro futuro
 
 
Ser una persona egoísta es la mejor forma de enfrentar el mundo en el que vivimos. No pensar en los problemas de otras personas, solamente en los tuyos, o no preocuparte sobre el futuro de nuestro planeta, es una receta perfecta para no sentirte con ansiedad de forma continua.
 
La cuestión es si esa actitud es ética o, simplemente, recomendable.
 
Por otra parte, si ya tienes descendencia o planeas tenerla, esa actitud egoísta no parecería la mejor de las ideas pensando en el bien de tus peques. No por el momento actual, sino por la situación que estamos creando desde hace décadas. 
 
Tenemos un medio ambiente cada vez más deteriorado. Estamos dejando que un mundo con más conflictos cada día provocados por la avaricia y la lucha por los recursos naturales. Cada día hay más gente con una actitud individualista y centrada en conseguir lo mejor para sí misma, sin importarle lo que ocurra con el resto.
 
No parece que estemos creando un futuro fácil de ser vivido.
 
Pero si estás leyendo esta revista, posiblemente es porque no eres egoísta. Casi seguro que sientes cierta preocupación por el presente y el futuro de tu familia, de tu comunidad, de tu región o, incluso, por la humanidad y el planeta en general.
 
¿Y qué hacer en ese caso? ¿Cómo aportar tu granito de arena para crear un mundo mejor? 
 
En español tenemos un dicho que es “quien siembra vientos, recoge tempestades”, que significa que si haces algo mal, más adelante eso provocará que algo peor suceda. Lo necesario sería darle la vuelta al significado de esa frase. Podría ser algo así como:
“quien siembra solidaridad, recoge logros globales”.
 
Esto es lo que nos hace falta para tener un futuro digno: sembrar solidaridad entre nuestras generaciones y, por encima de todo, entre la gente más joven. Pero también, enseñar y aprender a razonar, a analizar los hechos, a unirse con otras personas para resolver los problemas que tenemos en común y los ajenos, a mostrar empatía, a usar la indignación como motor de nuestras acciones.
 
Necesitamos cambiar nuestro futuro, también con la ayuda de nuestras pequeñas acciones. Porque todas juntas harán una gran diferencia. Está empezando a ser demasiado tarde, sí, pero aún tenemos algo de tiempo.



Óscar Ortega
Creador de la revista Sumar Palabras

Este texto y los contenidos que lo acompañan están bajo una licencia Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International

keyboard_double_arrow_up